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Las indicaciones
terapéuticas de las hemorroides son distintas en función
de su grado evolutivo, de tal forma que se puede hablar de 4 grados
o tipos de hemorroides:
Grado
I
Caracterizado
por una simple dilatación varicosa de las venas hemorroidales.
Están presentes en la mayoría de la población adulta
y son asintomáticas, aunque pueden presentar episodios esporádicos
de congestión, durante los que causan molestias.
Grado
II
La
característica más marcada es la proctorragia o hemorragia
anal que suele presentarse al final de la defecación, de color
rojo brillante, debido a que como ya indicamos, en las venas hemorroidales
desembocan diversas arterias.
Grado
III
Sangran
menos que las de Grado II y se caracterizan por un prolapso de las hemorroides
internas al defecar o al incrementar la presión abdominal (tos,
ciertos esfuerzos, posición en cuclillas). Este prolapso suele
reducirse de modo manual, y está motivado por la elongación
y degeneración de las fibras musculares de la zona esfinteriana.
En este caso ya hablamos de un caso de hemorroides externas.
Grado
VI
En
este caso el prolapso es continuo, sin posible reducción, presentándose
lesiones mucosas por el roce que producen una secreción serohemática
que mancha la ropa interior de forma continua.
Ya
que no es posible eliminar las varicosidades de las venas hemorroidales
mediante fármacos, ni sistémicos ni tópicos, las
medidas terapéuticas a adoptar son únicamente paliativas.
En el caso de las hemorroides de grado III y IV le recomendamos un tratamiento
quirúrgico curativo.
Luego
en las fases tempranas de la enfermedad debe recurrirse a un tratamiento
preventivo, que se basa en la higiene y la corrección del estreñimiento.
La higiene
de la región anal tras la defecación es fundamental.
No debe usarse
papel higiénico basto, sino que debe usar uno de celulosa fino
o algodón, incluso mejor si se lava directamente en el bidé,
usando agua tibia o fría en los casos de congestión hemorroidal
aguda, ya que el frío produce un efecto vasoconstrictor.
La
corrección del estreñimiento debe hacerse para conseguir
una evacuación sin esfuerzos excesivos. No es preciso que la evacuación
sea diaria, pero sí que sea fácil.
La primera
medida a tomar es el seguimiento de un régimen alimentario rico
en frutas, verduras y, acompañado de una ingesta de líquidos
de cómo mínimo 2 litros de agua/día, siendo muy perjudicial
el abuso de picantes, embutidos, alcohol, café y cacao.
Nunca deben de usarse, en el caso de que sea necesario un laxante, los
conocidos como laxantes estimulantes o irritantes (Antraquinonas, Bisacodilo,
Picosulfato, Fenoftaleina), y sí los formadores de masa, los osmóticos,
y sobre todo los suavizantes o lubrificantes, y sobre todo debe evitarse
provocar diarrea, ya que con ello se empeoraría la situación.
En
el caso de las hemorroides de Grado I y II, tras cada brote inflamatorio
o congestión hemorroidal aguda, quedan lesiones irreversibles que
pueden evitarse si este se aborda de forma temprana y enérgica.
Si es posible recomendamos reposo en cama, con una almohada debajo de
las nalgas, para así favorecer el retorno venoso, y a su vez, la
aplicación local de hielo es adecuada, pero bastante molesta.
Fecha
última Inserción/Actualización: 17/04/2013
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