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Alimentación I volver

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Es uno de los aspectos más importantes durante el embarazo, ya que a través de tu sangre proporcionas a tu hijo todos los elementos nutritivos que este necesita, pero esto no quiere decir que "has que comer por dos", él no lo necesita. Pero lo que si es cierto es que la mujer embarazada y la lactante deben seguir unas recomendaciones dietéticas que se refieren tanto a la cantidad como a la calidad de los alimentos que debe ingerir, de tal forma que necesitarás un aporte algo mayor que lo habitual de proteínas, vitaminas y sales minerales, en cambio las proporciones de grasas e hidratos de carbono serán menores

Una alimentación correcta y equilibrada durante el embarazo y la lactancia, garantizará, al mismo tiempo, tu salud y la del niño ya que de ella dependen el buen estado de tus dientes, tus huesos, tu sangre, tu cuerpo y, también, los de tu hijo, así como para aliviar algunos de los trastornos frecuentes durante el embarazo..
Piensa que una alimentación razonable y equilibrada es el primer regalo que puede hacerle a tu hijo... y a ti misma.

En la concepción, el huevo humano es tan pequeño que no se puede distinguir a simple vista. En el nacimiento, el niño pesa unos 3 kilogramos y mide alrededor de 50 centímetros. Nunca en su vida el ser humano conocerá un crecimiento tan prodigioso. Lo que es necesario para adquirir ese peso y esa talla, para modelar sus huesos y sus músculos, el niño lo extrae de la sangre de su madre: tanto el calcio como las proteínas, el hierro y las vitaminas, las grasas y el fósforo, etc. Esto indica la importancia de la alimentación en el embarazo.

¿Tengo que comer por dos?

Generaciones enteras han vivido en la creencia de que hay que comer por dos; en cuanto estaban embarazadas, las futuras madres comían el doble. El resultado era que adquirían demasiado peso, lo cual era inútil e incluso peligroso.

El embarazo y la lactancia son estados fisiológicos en los que se producen importantes cambios biológicos y metabólicos que suponen un gran desgaste físico para la mujer, y que pueden incluso influir de forma definitiva en su salud. Es evidente que la formación del nuevo ser va a requerir un aporte extra de nutrientes, que proceden tanto de los alimentos que ingiere la madre como de sus propias reservas corporales. Se puede afirmar con total certeza que la dicta de la madre tiene una gran influencia sobre la salud del bebé a corto plazo y muy probablemente también a largo plazo.

Luego en los últimos años se ha llamado tanto la atención acerca de los peligros de esta sobrealimentación, que en la actualidad las futuras madres comen muy poco para no engordar demasiado, por no decir también aquellas que no quieren perder la linea.

¿Cuál es la justa medida entonces?

El cuerpo humano sólo puede funcionar con un aporte de energía. Para el cuerpo humano, la energía son las calorias aportada por los alimentos

En el período previo y por supuesto a lo largo de todo el embarazo es necesario mantener una dieta sana y variada que garantice un suministro regular y suficiente de nutrientes al feto. El cuidado de la alimentación durante el embarazo es también crucial para mantener un buen estado de salud en la madre y evitar un desgaste nutricional que puede tener consecuencias. y causar entre otros trastornos anemia y descalcificación ósea.

El organismo funciona como una máquina, como un motor. Al contacto con el oxígeno absorbido por los pulmones, los alimentos se "queman". Esta combustión elimina calor; dicho de otra manera proporciona energía.

Aún sabiendo que una alimentación sana y equilibrada durante el embarazo es fundamental, la malnutrición es una situación que se presenta con frecuencia en muchas mujeres. En España son relativamente frecuentes los excesos y la sobreaalimentación, que generan un desequilibrio a causa del consumo excesivo de azúcares y grasas, mientras que el consumo de vitaminas, minerales y fibra alimentaria suele ser insuficiente. Por contra, las carencias nutricionales que pueden repercutir gravemente en el desarrollo del feto, se dan raramente en los países desarrollados pero muy frecuentemente en los países en vías de desarrollo.

Durante el embarazo, las necesidades nutricionales aumentan, ya que la dicta debe proporcionar suficiente energía y nutrientes para:

  • Satisfacer las mecesidades nutricionales de la madre.
  • Permitir el crecimiento de estructuras como el útero, la placenta y los pechos.
  • Satisfacer las necesidades para el desarrollo y crecimiento del feto.
  • Permitir a la madre acumular las reservas necesarias para el crecimiento del feto y para la lactancia después del parto.

Al igual que el oxígeno, los nutrientes pasan desde la placenta al feto gracias al cordón umbilical.

¿Qué energía proporciona una caloría?. La caloria es la cantidad de calor necesario para aumentar en un grado la temperatura de un gramo de agua.

Como se gastan esas calorías

Nuestro organismo va a utilizar esta energía aportada por los alimentos, en forma de calorías, para hacer toda clase de tareas, y en todos los esfuerzos, aunque sean mínimos que realiza el cuerpo humano, levantar peso, caminar, leer. dormir, cortar leña..., cuanto más fatigoso es el trabajo, más necesidad de calorias tendremos.

Cuando un individuo no come lo suficiente como para cubrir sus necesidades, apela a sus reservas y adelgaza, si come demasiado, acumula reservas, las calorías inútiles se transforman en grasas y engorda.

Una alimentación correcta, es aquella, desde el punto de vista de la cantidad, que proporciona al organismo la energía que tiene necesidad.

¿Y cuándo se está embarazada?

En cuanto a la distribución de las necesidades, durante los primeros meses del embarazo la mayor parte de las mujeres no necesitan comer más de lo normal, ya que el organismo se vuelve mucho más eficiente para absorber y utilizar los nutrientes a partir de los alimentos (por ejemplo, los requerimientos de calcio pueden satisfacerse enteramente si la dicta se ajusta a las recomendaciones (800 mg/día) y se obtienen cantidades suficientes de vitamina D necesaria para la absorción intestinal del calcio por exposición a la luz del sol o a través de los alimentos). En cambio, a partir de las 20 semanas de embarazo, el aumento de tamaño del feto es considerable y se incrementa la demanda de nutrientes. Las reservas que la madre ha acumulado durante los primeros meses del embarazo se movilizan a partir de entonces para satisfacer las necesidades del feto. En los últimos meses, el feto acumula proteínas y grasa, aumentando al mismo tiempo la demanda de calcio y fósforo a causa del desarrollo del esqueleto

Las pautas dietéticas a establecer en la mujer embarazada están destinadas a conseguir un aumento gradual y adecuado del peso.

Como media, la ganancia de peso durante el embarazo se estima en unos. 12,5 Kg. en total. Durante las 20 primeras semanas, si la mujer come para satisfacer su apetito, ganará unos 3,5 Kg., y a partir de entonces incrementará unos 0,5 Kg. por semana hasta el final del embarazo. Si se aumenta demasiado de peso puede producirse una subida de la presión arterial y aumentar el riesgo de ser obesa en el futuro. Es por ello que, aunque no, se debe restringir la ingestión de alimentos o hacer dieta durante el embarazo, tampoco se debe incrementar innecesariamente la ingestión de alimentos hasta el último trimestre de la gestación.

También es importante tener en cuenta el peso de la mujer en el momento de la concepción. Las mujeres delgadas y que ganan pocos kilos durante el embarazo tienen 10 veces más riesgo de dar a luz un hijo de poco peso. El embarazo en las mujeres obesas en cambio supone un mayor riesgo de enfermedades perinatales, como la hipertensión arterial, la diabetes y el agravamiento de la obesidad tras el parto. Se considera que se debe intentar reducir la ganancia de peso en la mujer obesa entre 5 o 6 Kg. sin riesgo para el feto, sin descender por debajo de las 1.600 a 1.800 Kcal. diarias.

Recomendaciones energéticas
Durante el embarazo debe producirse un aumento paulatino de la ingesta energética total. En el segundo trimestre se recomienda incrementar la ingesta en 200 kcal. por día. En los últimos 3 meses del embarazo los requerimientos de energía aumentan 300 kcal. por día. En este período, el gasto energético para la realización de actividad física es generalmente menor. Si la madre no ingiere suficientes alimentos y sus reservas lipídicas son bajas, el feto crece más lentamente y el niño puede tener bajo peso al nacer. En la mujer lactante se recomienda aumentar la ingesta energética total en 500 kcal. al día. .

Luego resumiendo, si hablamos de una mujer de talla y peso medio, y que no realiza un trabajo muy fatigoso, normalmente necesita unas 2.000 calorías, embarazada tiene necesidad de unas 2.100 calorías, al final del embarazo un poco más unas 2.500 calorías, donde estas calorías suplementarias corresponden a los requerimientos del bebé y el aumento del metabolismo basal de la madre.

Si bien como hemos visto, no es necesario que una mujer embarazada coma mucho más que de costumbre, hay algunos casos en los que será indispensable

- Una mujer muy joven que no ha terminado su crecimiento, deberá tener una ración total de unas 2.500 calorías diarias, con un aumento esencial de la leche y los quesos.

- Una mujer que tiene un trabajo muy agotador, deberá igualmente recibir unas 2.500 calorías al día, aumentando la ración de glucidos, los lípidos y las vitaminas B y C, pero deberá suspender la sobrealimentación en el descanso prenatal.

- Una mujer que ya ha tenido varios niños, no solamente vigilará el aporte energético, sino que también se asegurará de recibir cantidades suficientes de ciertas vitaminas (en particular folatos) y minerales.

- Una mujer que espera mellizos, deberá consumir desde la segunda mitad del embarazo, más energía y alimentos ricos en vitaminas y minerales.

Fecha última Inserción/Actualización: 30/04/2017

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