Porqué
no hay que comer demasiado
Comer
demasiado, con embarazo o sin él, lleva a engordar en exceso.
El
exceso de peso en el embarazo puede llevar y tener consecuencias nefastas,
algunas de estas consecuencias pueden ser las siguientes:
Relación
directa entre el aumento de peso y la aparición de toxemia gravídica
(albuminaria, edemas, hipertensión ). Esta toxemia puede repercutir
sobre el desarrollo del niño, que corre el riesgo de nacer con
un peso inferior al normal. La primera consecuencia para controlar su
peso es la salud de su hijo.
Por
otra parte, cuanto más acentuado es el aumento de peso, mayor es
la tendencia de los tejidos a infiltrarse de agua y de grasa, y mayor
será la pérdida de flexibilidad y elasticidad natural. Esto
tendrá como consecuencia que su parto pueda ser más difícil.
Cuanto
mas elevado haya sido el aumento de peso en el transcurso del embarazo,
más difícil sera recuperar su silueta después del
parto.
Vigile
su peso
Una
futura madre debería aumentar como término medio unos 10
a 12 kilos durante su embarazo. Puede variar, según constitución,
peso, talla etc, 1 o incluso 2 kilos más o menos de unas a otras.
En los tres primeros meses el peso en general permanece estable, algunas
mujeres incluso pueden llegar a adelgazar, sobre todo aquellas que padecen
vómitos, si es su caso, no se inquiete, es muy normal, ganará
peso cuando sus vómitos desaparezcan.
En
Caso de Haberse Excedido de Peso
Bueno
no se trata de medir y pesar ahora todos los alimentos, si no suprimir
aquellos que aporten más calorías.
Los
alimentos que producen más calorías son las grasas y los
productos ricos en grasas; los pescados grasos, las carnes grasas, los
quesos grasos, la mantequilla, así como los que contienen grasas
encubiertas, frituras, cacahuetes, productos de pasteleria etc.
Los
alimentos azucarados y los feculentos, los que proporcionan glúcidos,
no aportan más calorías que los alimentos proteicos, carnes
o huevos, por ejemplo, pero esos alimentos azucarados son los que en la
digestión transforma más fácilmente en grasas.
Evite
los bombones y las confituras.
Disminuya el azúcar, por ejemplo, que le añade al café
o al té.
Reduzca sensiblemente el pan, las patatas y todo lo que contenga fécula
(pastas, legumbres secas, etc).
No
se trata de pasar hambre, aún quedan otros alimentos: los alimentos
proteicos pobres en grasas, es decir, pescadilla, lenguado, merluza, raya
y caballa, en las carnes, las de vaca, ternera, cordero, sobre todo asado
a la parrilla, y las aves; entre los quesos y productos lácteos;
los de cabra, queso de régimen y yogures; también yogures
y leches descremadas.
Asimismo,
puede comer todo tipo de verduras y frutas, con alguna excepción
como el plátano, muy rico en calorias.
Se
aconseja no picar nada entre comidas, los tentempiés son los más
peligrosos porque, se cree que son inofensivos.
Si
a pesar de todas estas precauciones que toma, no vuelve a un peso normal,
consulte a su médico; el exceso de peso no siempre es debido por
una sobrealimentación.
Para
aquellas mujeres que NO SE ALIMENTEN de manera suficiente, decir que,
una subalimentación es tanto peligrosa para el bebé, que
puede nacer prematuramente, con un claro retraso del crecimiento, como
para la salud de la madre.