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Los Alimentos II volver

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Hidratos de Carbono


La principal función de los hidratos de carbono o glúcidos es la de proporcionar energía. Las recomendaciones respecto a su ingesta no varían durante el embarazo o la lactancia, y deben ser por tanto la principal fuente de energía para la mujer gestante o lactante (50-60% de la energía total).

Hay dos tipos de glúcidos en la dieta: los glúcidos simples o azúcares, y los glúcidos complejos, el más importante de los cuales es el almidón. La cantidad de azúcares o glúcidos de digestión rápida no debe exceder el 10% de las kilocalorías totales, lo que equivale a unos 50 g de azúcar (unos 10 terrones). Se recomienda, sobre todo, vigilar la ingesta de bebidas y refrescos azucarados (un vaso de una bebida de cola o gaseosa aportan 25 g de azúcar) y tomar en todo caso el azúcar o dulces al final de las comidas en lugar de entre comidas o en ayunas, ya que en estas condiciones la sacarosa se comporta como un glúcido de digestión lenta. También hay que evitar la ingesta excesiva de fruta, que aporta cantidades de azúcar (fructosa) importantes.

La mujer embarazada debe limitar la ingesta de hidratos de carbono, los cuales se encuentran principalmente en las patatas, pan, azúcar, arroz, frutas, pastas...

Los alimentos más ricos en glúcidos son sin duda el azúcar, de remolacha o de caña, y la miel; luego por orden decreciente los dulces, los productos de pastelería, las pastas, el arroz, las ciruelas, los dátiles, los higos, las alubias y guisantes secos, el pan, los plátanos, la patata y las frutas, sobre todo si están bien maduras.

Estos alimentos se consumirán habitualmente, durante los primeros 6 meses la necesidad de la mujer embarazada son de unos 250 a 300 gramos diarios y en los últimos 6 meses de unos 350 a 400 gramos diarios. Pero en caso de exceso de peso, son los que se reducirán en primer lugar, excepto la fruta fresca necesaria por sus vitaminas. Los plátanos y las uvas, muy rico en calorías, deben evitarse si se ha aumentado de peso.

Puesto que el embarazo suele asociarse a una hiperglucemia, se recomienda la sustitución de los azúcares por productos ricos en almidón, como las patatas, los cereales y las legumbres. Además, estos alimentos suelen aportar cantidades importantes de fibra alimentaria, que ayuda-a normalizar el tránsito intestinal y que puede aliviar el estreñimiento que se produce en muchas mujeres durante el embarazo.

Grasas

Durante la gestación se deben seguir las recomendaciones generales sobre la ingestión de lípidos que se realizan a la población normal, es decir, controlar la ingestión de lípidos de origen animal, que proporcionan ácidos grasos saturados, y aumentar los lípidos de origen vegetal, que proporcionan ácidos grasos poliinsaturados (como el linolcico y el linolénico, compuestos esenciales para el hombre, ya que no los puede sintetizar y deben ser ingeridos en la dieta).

La mujer embarazada tiene más que suficiente con unos 50 o 60 gramos diarios, los cuales puedes obtenerlos a partir de una dieta variada y equilibrada, debiendo tener en cuenta que muchas veces esta grasa está "oculta" como ocurre en el caso de la charcutería, carne de cerdo, quesos grasos, huevos, frutos secos.

Recomendamos potenciar durante el embarazo el consumo de alimentos que aportan ácidos grasos poliinsaturados omega-3, como las nueces, ricas en ácido alfalinolénico, y el pescado azul (caballa, arenque, salmón, sardinas), rico en ácidos grasos poliinsaturados omega-3 de cadena larga, como el ácido docosahexanoico (DHA). Los ácidos grasos poliinsaturados omega-3 forman parte de las membranas celulares.

También se acumulan especialmente en el cerebro y la retina, y su aporte es esencial durante el tercer mes de gestación, cuando tiene lugar el desarrollo del cerebro. Numerosos estudios han demostrado una asociación positiva entre los niveles de ácido docosahexanoico y el desarrollo intelectual y visual del recién nacido.

Son los aceites, la manteca de cerdo, la mantequilla, la margarina, así como también la leche entera, las carnes y pescados grasos, las frutas oleaginosas, como su nombre indica (nueces, avellanas, almendras, cacahuetes ), y las yemas de los huevos.

Las grasas son necesarias para el buen equilibrio de la alimentación pero durante el embarazo, puede ser útil disminuirlas para no excederse de peso. Por otro lado, las grasas son a menudo mal toleradas por la mujer embarazada; en consecuencia, es necesario consumirlas en la forma más digestiva, es decir, ingerir la mantequilla y el aceite crudos, evitar las grasas de las carnes, las grasas y los aceites cocidos, sobre todo el aceite de frituras, tan difícil de digerir.

La mujer embarazada tiene más que suficiente con unos 50 o 60 gramos diarios, los cuales pueden obtenerlo siguiendo una dieta variada y equilibrada, debiendo tener en cuenta que muchas veces esta grasa está "oculta", como ocurre en el caso de la charcutería, quesos grasos, frutos secos.....

Fecha última Inserción/Actualización: 30/04/2017

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