Existen
diversas alternativas o incluso curar la IU, no excluyentes entre
sí, sino más bien complementarias. Todo dependerá de los síntomas y el
estado de salud de cada paciente, del tipo de incontinencia, de la aplicabilidad
del tratamiento y del balance riesgo / beneficio.
1.
Medidas Generales
A)
Higiénico-dietéticas: Es recomendable dejar de consumir cafeína,
alcohol, gaseosas, cítricos y edulcorantes artificiales, que favorecen
la eliminación más frecuente de líquidos a través de la orina. En casos
de IU nocturna, es recomendable limitar la ingesta de líquidos
a partir de media tarde. Es preferible que se empiece por acudir varias
veces al baño en poco tiempo para evacuar la orina y aumentar, paulatinamente,
el lapso entre cada visita al sanitario hasta que la orina pueda ser retenida
en la vejiga durante varias horas.
B)
Eliminación de barreras arquitectónicas, para facilitar el acceso al cuarto
de baño.
C)
Reducir, si es posible, fármacos que alteren la continencia.
D)
Medidas paliativas: Utilización de absorbentes, colectores externos, sondajes,
para minimizar las repercusiones del problema. Es una medida meramente
temporal.
2.
Medidas Fisioterapéuticas
Si
la incontinencia se debe a debilidad del esfínter, algunos ejercicios
del suelo pélvico favorecen su fortalecimiento: Existen diversas modalidades
de esta técnica:
- Apretar durante pocos segundos
los músculos del ano, como si se quisiera evitar el movimiento instentinal
(deposición). Luego de un corto periodo de relajación muscular, se repite
la contracción (20 a 30 veces) varias veces al día.
- Interrupción repetitiva del chorro
de la orina.
- Presión contra conos vaginales.
Estas
técnicas de tonificación del esfínter han demostrado una alta eficacia
en la mayoría de las IU, especialmente en las del esfuerzo y mixtas, aunque
sean necesarias de 8 a 12 semanas para que se aprecien los resultados.
En
las técnicas biofeedback, se utilizan diferentes instrumentos para monitorizar
y ampliar los procesos normales que se producen durante la vida diaria
y que habitualmente pasan inadvertidos al individuo. Utilizadas en conjunción
con otras formas de tratamiento, incrementan notablemente los buenos resultados.
Así, combinadas con fisioterapia de la musculatura pélvica, alcanzan hasta
un 95 % de éxitos.
Recientemente
se ha optado también por la aplicación de eléctrodos en la vejiga y el
intestino, para estimular los músculos. A principio de los 90 se inició,
de manera experimental, la aplicación de inyecciones de colágeno alrededor
de la uretra y del esfínter, práctica que parece prometer buenos resultados.
Si
la alteración se da en la menopausia, el reemplazo hormonal de estrógenos
puede ofrecer una solución eficaz.
3.
Tratamiento Farmacológico
En
algunos pacientes con síntomas irritativos (hiperactividad vesical, contracciones
involuntarias) y residuos postmiccional normal, puede sopesarse la posibilidad
de iniciar un tratamiento farmacológico dirigido a disminuir la actividad
vesical y a mejorar la capacidad de la vejiga. Se evaluará la relación
riesgo de reacciones adversas / beneficio para el individuo.
Al
principio se elegirá un fármaco de acción única que comporte, pues, pocos
efectos secundarios, individualizando la dosis para cada paciente. Se
inicia el tratamiento con dosis bajas que se aumentarán de forma progresiva.
Entre los fármacos más utilizados destacan:
-
Anticolinérgicos: Oxibutinina
y flavoxato (de acción mixta anticolinérgicos y relajantes musculares)
y cloruro de trospio, indicados para la vejiga hiperactiva, pues reducen
la excitabilidad de este órgano
-
Tolterodina: anticolinérgico puesto
en el mercado recientemente, con mejores perspectivas respecto de
los efectos colaterales, ya que es más selectiva por el aparato urinario.
-
Antidepresivos: imipramina, doxepina
(con efecto anticolinérgicos) y duloxetina (inhibidor de la recaptación
de serotonina y noradrenalina, en fase de pruebas). Mejoran la función
del esfínter y reducen las contracciones de la vejiga.
-
Capsaicina y análogos: en forma
experimental, están indicados para vejiga hiperactiva y en pacientes
con esclerosis múltiple. Actúan sobre las fibras nerviosas y están
siendo probados también actualmente.
Cuando
ninguno de estos procedimientos ni el tratamiento farmacológico ofrece
alivio, en especial cuando se trata de casos severos, es posible colocar
quirúrgicamente un implante -artificial o con tejido muscular del mismo
paciente- con el fin de hacer que la uretra permanezca cerrada hasta que
la vejiga se llene. En este caso se evaluará la relación entre el beneficio
a obtener y el riesgo de la intervención.
Si
ninguna de estas propuestas resulta conveniente para el paciente, es necesario
el empleo de pañales para adultos.